Rodrigo Rato participó en una obra de teatro benéfica en 2006

Fuentes de información: EFE, El País y Tiempo

Rodrigo Rato, en su época de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), participó en una obra de teatro benéfica en Washington. Su presencia en dicha obra suscitó una gran sorpresa a lo que Rato respondió: "Cese ya el atambor, que están mis nobles cansados de redobles, y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito".

Nada tenía que ver este con los actos a los que Rodrigo Rato acostumbraba a asistir como Vicepresidente del Gobierno, Ministro o como Director Gerente del FMI. La obra de teatro benéfica en la que Rodrigo Rato interpretó al rey Alfonso VII se celebró en el Teatro Gala, un centro artístico ubicado en un barrio latino de Washington en el que se interpretaban obras hispanas. Un total de 20 aficionados al arte, entre los que se encontraba el histórico dirigente español se dieron cita allí para interpretar 'La Venganza de Don Mendo'.

El clásico enredo amoroso-medieval de Pedro Muñoz Seca, estrenado en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1918, atrajo a diplomáticos, funcionarios internacionales y expatriados varios en la capital de Estados Unidos, que empezaron a ensayar la obra tres meses antes de su interpretación. Juan José Buitrago, diplomático español en Washington interpretó el papel de Don Mendo ante las carcajadas de los cientos de espectadores que se dieron cita en el Teatro Gala.

La intervención de Rato, que se produjo en el tercero de los cuatro actos, fue el momento más esperado por todos por la sorpresa que causaba ver a un dirigente de un organismo tan importante participando en una función como esa.

El exvicepresidente español no parecía ser primerizo pues no cometió ni un sólo error a lo largo de la actuación, algo que sí hicieron otros miembros del reparto cuando les tocó interpretar su parte del guión. Una vez finalizada su actuación, Rato dijo haber participado en esta obra porque pese a su ajetreado día a día de trabajo que apenas le dejaba tiempo libre, esto era "una bonita idea" gracias a la cual se iban a recaudar fondos para reconstruir la cúpula del Teatro Gala. El entonces mandatario no quiso revelar si ese fue su debut en el teatro y en tono de broma aseguró que había heredado el talento de "una tía", en referencia a una línea del guión que acababa de interpretar. Señaló que sus hijos estaban "sorprendidísimos" con sus pinitos en el mundo del teatro.

Dijo no observar nada fuera de lo normal en que alguien de su posición se decidiera a involucrarse en un proyecto cuya única finalidad era hacer reír y aseguró haberse divertido mucho durante los ensayos. Ensayar los domingos, aprenderse de memoria el guión y cerciorarse de que las frases cortadas del último acto se enlazaran con las del resto del reparto fueron las mayores dificultades.

Victoria Peña, promotora y directora del montaje, dijo con tono de broma que darle órdenes a Rato la resultó un poco extraño al principio, pero que el entonces responsable del Fondo se "dejó dirigir" y afirmó que nunca se sintió incómoda diciéndole lo que tenía que hacer.

El teatro estaba abarrotado y quienes lo presenciaron dijeron que Rato tenía auténtico talento para las tablas

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