jueves, 9 de agosto de 2018

Nunca sabemos cuando nos va bien

Rodrigo Rato
10 de agosto de 2018

El Sufism tiene ; esta maxima , que para algunos puede ser demasiado pesimista , para otros digna de meditación . En todo caso,  en este verano del 2018 sabemos ya  lo bien que ha ido la economía mundial desde el  pasado verano de 2016, con todas las zonas geográficas creciendo, prácticamente todos los paises. Ahora lo sabemos porque las cosas están cambiando.

Fue en otoño de 2016 cuando Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos. Sus decisiones desde entonces han afectado a muchos aspectos económicos , unas internos pero la mayoría también  en el exterior. Las más llamativas: la reducción de impuestos, algo también de la regulación financiera; la nueva doctrina norteamericana respecto al comercio mundial. La primera se aprobó a finales de 2017, con un primer efecto expansivo, pero a medio plazo con un riesgo de déficits fiscales crónicos por encima del 5% del pib . Los mercados financieros  han preferido fijarse en el efecto expansivo, de momento.

La nueva política comercial , en marcos bilaterales  además de obsesionada con los déficits de bienes y servicios, ha afectado a todos los socios, aliados o adversarios políticos. Canadá y Mexico , sus únicos vecinos, no saben todavía si tendrán o no un acuerdo de libre comercio, si será a dos o a tres bandas. Los europeos hemos pasado de una histórica buena relación a  una declarada guerra comercial, para acabar en una negociación para la total reducción de aranceles y otras barreras, después de una reunión in extremis la semana pasada del presidente  Trump con Jean Claude Juncker, al que se le ha dado su mayor éxito político en su dilatada carrera. El mismo que semanas antes se le negó al presidente Macron o a la canciller Merkel. 

La tensión con China alcanza ya niveles no conocidos entre dos paises de esta importancia desde los años 1930. Más de la mitad de las  exportaciones norteamericanas a China están afectadas, cerca de 250.000 millones de dólares de las   exportaciones chinas a USA también. 

La economía de la UE ha perdido ritmo en las últimas semanas,lo mismo que la de china, mientras la de EEUU se ha acelerado. Las monedas euro y yuan se han depreciado, el dólar se ha robustecido; lo que debería aumentar el déficit comercial norteamericano , junto con su inflación, muy  lejos de lo pretendido por Trump. Es más, las autoridades chinas han frenado su intento por desapalancar su muy endeuda economía ante los nuevos riesgos para su crecimiento. No es fácil que nadie minusvalore los riesgos de una burbuja financiera en China. Los platos rotos de este cambio de filosofía comercial norteamericana pueden no ser insignificantes.

El resto de los paises asisten a estos enfrentamientos con preocupaciones acumuladas. Un dólar cada vez más fuerte les seca la inversión, encarece su deuda externa, aunque puede aumentar sus exportaciones al mercado norteamericano. Pero visto como se las gastan en Washington en estos tiempos con los déficits comerciales, las negociaciones bilaterales con la mayor potencia del mundo no pueden dejar muy tranquilos a los responsables de las economías emergentes o de pequeño tamaño. Nadie duda ya que EEUU busca beneficios a corto plazo de todos sus socios comerciales. Nadie sabe las consecuencias políticas ,además de económicas, de este cambio.

Todo esto no favorece precisamente las decisiones de inversión en un momento en que ya la pregunta era : ¿cuando cambiara el ciclo? El precio del dinero está subiendo, los grandes bancos centrales ,menos en Japón , acaban con los estímulos monetarios. Más deuda pública norteamericana debería empujar la curva de tipos hacia arriba. No lo menos importante, pese a todos sus esfuerzos Donald Trump quizás no evite un desaceleración de su economía , pronto en el ciclo más extenso de su historia.

Cierto es que las previsiones de ingresos de las grandes compañías norteamericanas están en récords, aunque la valoración de sus acciones también. En norteamerica hay más de 6000.000 de empleos que no se formalizan por falta de aspirantes, con su desempleo no cualificado en el mínimo histórico. Pero también sube la inflación, lo que augura subidas de tipos, cuando ahora por primera vez en diez años los intereses a corto superan el 2%.

Al riesgo que ya existía de una desaceleración de la primera economía del mundo, se une ahora  desaceleraciones ciertas  de la segunda y la tercera.¿ Habrá conseguido Donald Trump que sean Europa y China los que crezcan menos para que norteamerica crezca mas por más tiempo? ¿Serán las tres economías más importantes las que sufran una desaceleración, especialmente descontrolada en el propio EEUU y China, aunque por causas distintas?  Lo que sabemos seguro  ahora es que los últimos dos años nos fue muy bien.

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